Un resumen de las distintas ciudades y fuertes del Imperio Morghul, el Reino Kanat, la República del Marchion y la Federación Perilsnom.

 Nota: esta entrada se irá modificando conforme se vaya agregando nueva información.

El Imperio Morghul

En el mapa, se pueden apreciar distintos sitios nombrados: Castlemoor, Kaisler, Vulgrim, Mordheim y las fortalezas "Castillo Barackenhels" y el "Fuerte Seymour". Sin embargo, no se ha entrado en detalles respecto de nada en el resto de fortalezas que se pueden ver en el mismo mapa, ni si es que hay otras por ahí.

Puesto que mi inspiración para el Imperio es el mismo Imperio de Warhammer Fantasy; seguí el mismo sentido de la estética. Las ciudades y fortalezas tienen nombres que son en parte parecidos al Alemán y en parte parecidos al Inglés. 

La arquitectura es, principalmente, mampostería. El Imperio hace un uso constante de varios hechiceros que están a su servicio y son entrenados por el mismo, lo cual hace posible más que en muchos otros lugares del mundo la aplicación de ingeniería y de arquitectura en niveles muy sofisticados. Se podría pensar un poco en una combinación de un estilo brutalista y gótico en varios lugares; pero dominan los colores púrpura, rojo, gris y plateado en la vasta amplitud de edificios y fortificaciones a lo largo del Imperio.

Kaisler


La capital actual del Imperio; desde la cual gobierna en el palacio el Emperador Leopold Leifdorf II, quien tiene como hijos a Oswald Leifdorf, su primogénito, y a Karl Siegfried, quien tuvo con su segunda esposa. Leopold sobrevivió a ambas.

Leopold Leifdorf II es el producto de una larga línea de descendientes que reclaman su ascendencia hasta el legendario guerrero Deltar; conquistador de toda la península en el inicio y apogeo del Imperio. Cuenta ahora con 67 años, está tuerto, y goza de buena salud.

Oswald Leifdorf es notorio por su crueldad para con la gente común; mientras que Karl Siegfried es notorio por su templanza. Ambos sin embargo son amos de la estrategia; Oswald logró una victoria decisiva en la cual recuperó Osslan y el Fuerte Seymour de la República del Marchion, mientras que su hermano Karl logró una defensa de la capital la cual se encontraba equipada solo con su ejército de guarnición contra un gran contingente de pielesverdes. 

Con humildad, Karl aceptó que esta victoria le fue concedida por nadie menos que Shallya, la diosa de la piedad y la sanación, a través de la gran profetisa Vinta Landor, llegada a la península el año 986 del Calendario Imperial, que comienza a contar después de la coronación de Deltar como emperador.

Hitos y descripción.

Rasgos generales: Kaisler es una ciudad a través de la cual corre un río; el cual se divide para rodear una colina sobre la cual se sienta el palacio imperial y sigue por el otro lado, uniéndose de nuevo: evidentemente, una obra de ingeniería impresionante, y seguramente con no poco uso de magia para ejecutar la misma. 

Alrededor del palacio, hay un distrito el cual es el principal de toda la ciudad, donde el comercio, la artesanía y las grandes edificaciones de instituciones tanto privadas como imperiales confluyen. La ciudad en sí está dividida por varios distritos, algunos incluso siendo de una raza en específico, como el distrito de los enanos; puesto que conforme se ha expandido se han tenido que construir más y más distritos diferentes, haciendo a la ciudad crecer como los anillos de un árbol con los siglos. 

Actualmente, la población de la ciudad llega aproximadamente al millón quinientos mil habitantes.

El Palacio Imperial. 

El gran palacio imperial se erguía delante suyo, y delante de las imponentes escaleras para entrar hacia aquel edificio de pilares; chapiteles; e innumerables decoraciones como engravados de armas, grifos, cráneos y cometas; se encontraban varios otros carruajes de invitados que habían decidido hacer su presencia temprano. Alrededor del palacio, un puente levadizo era el que permitía el acceso a cualquiera desde las edificaciones alrededor, ya que un gran foso lleno de agua se encontraba alrededor del lugar, traicionando entonces las partes que lo hacían asemejarse a un castillo bien defendido: matacanes, torres, aspilleras en las paredes hacia puntos tácticos y la gran torre de homenaje. El agua limpia, purificada por magia, fluía desde unas alcantarillas que eran visibles, grandes y a través de barrotes diseñados para que los vagabundos no pudiesen escabullirse dentro o fuera del sistema de alcantarillado.

Distrito Artesanal: y la Marktplatz dentro. Cerca del Palacio Imperial.

El viaje hacia el área central, donde evidentemente iba a celebrarse la cumbre, fue algo relajante conforme pasaban por los distintos anillos de muros y las grandes rejas para dar acceso a los distritos. El distrito en el que estaban parecía decente, pero mientras más se acercaban al centro, las casas tenían una estructura más ordenada, sus calles parecían fácilmente transitables y en medio tenían bellos parques y sitios embellecidos por la arquitectura enana. Altas torres de edificios se erguían orgullosamente y en medio de las mismas la enorme Marktplatz, plaza del comercio. Pasando por debajo de arcos de triunfos así como altísimas almenas por igual, al fin llegaron al enorme distrito central, que reposaba sobre una colina mayormente nivelada, pero aún así era el punto más alto de la ciudad.

Gran Templo Shallyano.

❝Hay una gran catedral, y no solo eso sino el hospicio más grande de este continente dedicado a Shallya en la capital. Si no estoy equivocado quien está en el carruaje es una Reverenda Madre... bueno, se requiere de casi una docena de ellas para organizar y mantener andando el sitio. Puede ver el pico triangular con una gran paloma ahí, es el gran edificio abovedado y blanco. Hay poco que una sola shallyana pueda hacer para ayudar, supongo, pero jamás he visto a una sola shallyana sin compañía.❞
- Félix Jaeger, hablando con Vinta Landor.

Interior del Templo:

Los grandes pilares a los lados de los anchos pasillos se extendían hacia el abovedado techo; y a diferencia de otras grandes construcciones que se levantaban por la ciudad, estas no acababan en cuñas y altos chapiteles, sino que se concentraban en la redondez, en los arcos y las cúpulas. Bellos vitrales, hechos en las áreas más estratégicas para siempre tener el sol pasando sus rayos por los mismos en ciertas horas del día, mostraban figuras distintas; palomas blancas volando de manera libre por los cielos, un campo limpio con espadas y armas de guerra abandonadas en el suelo, y una luminosa y blanca figura de Shallya extendiendo sus brazos a los lados. En aquellas horas de la mañana, el sol hacía relucir aquella figura de piedad y generosidad hacia todas las direcciones, con más presencia que la que el oro podría haber hecho quizás. 

Daban ganas de simplemente perderse en el templo y observar todos los lugares que tenía que ofrecer: la gran biblioteca para todas aquellas hermanas que se encontraban en sus estudios, el área pediátrica no tan lejos, cuyo camino estaba pintado con patrones infantiles por manos expertas, con dibujos de abejas, campos y flores. Subir los pisos hacia el ala de la que se encargaba la Reverenda Geril en su tiempo de estadía aquí, era a través de un recorrido en una escalera espiral por una de las redondas torres de la catedral, con grandes ventanas aseguradas con barrotes para la seguridad de los que anduvieran por las mismas, y también para que tales torres no pudieran ser usadas nunca como una posición estratégica o de guerra; pues ofrecían poca protección comparadas con las aspilleras de los castillos y fortificaciones.

A cada piso, un cartel al lado estaba puesto con palabras simples, a manera de ser fáciles de recordar, y tan solo decían: "Por los perdidos" "Por los hermanos errantes" "Por los desavenidos" "Por los penitentes" "Por los soldados en guerra" "Por los prisioneros" Por los esclavos" "Por los indefensos".

Landsraad: La Gran Corte de los nobles.

❝La Reverenda la saludó, y entonces el resto de shallyanas que conformaban su comitiva se reunió para mover el carromato hacia aquella corte tan mencionada... el Landsraad. Como el resto de sitios en esta Ciudad-Estado, más poderosa que la provincia entera donde se asentaba, el sitio exuberaba grandiosidad y soberbia: grandes estandartes así como telones con orlas doradas y adornos de lobos pendían de los ventanales que recordaban a los de un templo, diseñados para que pasase tanta luz como fuera posible dentro, que aprovechara las horas matutinas para no tener que utilizar linternas en un sitio tan grande como lo era aquel. El rumor usual de las personas fuera dejó de sonar mientras entraban: rumor que antes era ruidoso y alto; y ahora se tornó susurrante y formal, si bien algo rasposo dadas las voces de aquellos hombres y mujeres que formaban parte de la nobleza. Habían muchos reunidos en aquella ocasión, casi parecía que el quórum fuese convocado para una situación de máxima seguridad; algo quizá más allá de esta invasión reciente, pero eso quedaría a juicio de quien lo viera.

El gran salón estaba dispuesto de la siguiente forma: una media luna de asientos, un espacio para hablar en el centro, y sobre este espacio, en un balcón, se encontraba un viejo hombre... el Emperador.

Una mujer noble estaba hablando allá a su izquierda, en los asientos altos, de pie. Su voz sonaba tan clara, y aunque estuviese lejos, parecía magnificada y puesta en un tono agradable a oídos de todos por un hechizo: cosa que explicaría al hombre en una esquina del estrado ahí debajo cuyos ojos brillaban sutilmente como los de un gato en la oscuridad, vestido con ropas de sirviente.❞
Llegada de Vinta al Landsraad, para denunciar los crímenes de Reimar Wardin.

Colegio Imperial de la Magia.

❝Estaba delante de ella. Una de las instituciones más grandes e imponentes de Alduin; y no la única pero sí la más grandiosa de estas: el Colegio Imperial de Magia. Aquél lugar al que muy pocos asisten voluntariamente, muchos otros son forzados por tener un "talento latente" en lo arcano, y pocos son los que sobreviven para ser siquiera hechiceros de batalla.

La gran catedral tenía distintos símbolos rúnicos sobre una cúpula, formando las ocho escuelas de magia, entre ellas el fuego, luz, oscuridad, metal, muerte, y otros. Tan solo la fachada animaba al asombro... puesto que más allá de las grandes paredes que revelaban altos pisos, habían viales burbujeantes y brillantes como el neón de un gran tamaño sobre varios techos revelando el uso de alquimia; se escuchaban por dentro incantaciones, hechizos, e incluso en ocasiones uno que otro alarido de dolor tanto adulto como infantil. No se perdonaba a nadie, y la dura ley imperial dictaminaba que el que fuese nacido en el territorio, apto en la magia y no desease contribuir a la maquinaria de guerra o funcionalidad del Imperio, debía morir al ser considerado una bruja.

Una vez que llamó a las grandes puertas con la aldaba sostenida por la boca de un grifón metálico exquisitamente engravado, lo más probable por expertos magos de metalurgia; esta se abrió. Un hombre viejo, de aspecto canoso y sin embargo una complexión y rapidez que le hacían parecer vigoroso, con un sombrero medio roto y un largo abrigo gris y empolvado, la recibió. Tenía una insignia que revelaba que era un mago gris, justamente un ilusionista. Su aspecto era encallecido, duro. Se notaba que era producto de aquella larga lista de cientos que morían en camino a volverse hechiceros de batalla, y por ello se notaba que estaba ligas por encima del nivel mágico de ella.

Quizá en cada ciudad con un colegio mágico habrían apenas una docena de hechiceros de batalla. Eran raros de ver, y con razón: uno solo que se usara apropiadamente hacía la diferencia de hasta mil hombres en el campo de batalla, introducía un factor que ni el acero, ni la pólvora, ni la táctica podía tomar en cuenta: el caos, el poder mágico, el hechizo.❞
La hechicera Demaya llega al Colegio Imperial de Magia.

TSARINA KIEV STRAGHOV: REGIONES HELADAS DEL IMPERIO EN EL NORTE; ELLA Y CADA TSAR O TSARINA CONGELA EL ÁREA.


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